domingo, 9 de agosto de 2009

Sagrada Familia


Como para todas las cosas buenas,Dios nos pone un modelo a imitar; la Sagrada Familia es el modelo de familia cristiana.
No es un modelo por la cantidad de integrantes,sino por la manera de actuar de cada uno de ellos desde el rol que les corresponde.


San José:


Es el jefe de la familia y actúa siempre como Dios le manda,muchas veces sin comprender el por qué de lo que Dios le pide,pero teniendo fe en Él.


Cuando se entera que María estaba embarazada piensa en abandonarla porque la quería mucho y no deseaba denunciarla publicamente (como era la costumbre de la época),pero el Ángel de Dios se le apareció en sueños y le dijo que lo que había sido engendrado en el vientre de María era obra del Espíritu Santo y que no temiera en recibirla.
"Al despertarse,José hizo lo que el Ángel del Señor le había ordenado:llevó a María a su casa". (Mt:1-24,25)

Cuando nace el niño,él le pone el nombre de Jesús,como el Ángel le había dicho.
"ella dió a luz un hijo,y él le puso el nombre de Jesús" Mt:1-25
Luego,cuando Herodes tenía intenciones de matar al Niño Jesús y ante otro aviso del Ángel del Señor,José toma a su familia y marcha hacia Egipto.
Por último,con la muerte de Herodes y ante un nuevo aviso del Ángel de Dios,lleva a su familia a instalarse en Nazaret.

Debemos agregar que José acepta a Jesús y lo ama como si fuera hijo suyo.Jesús recibe de José la educación de "padre adoptivo" o "padre terrenal" que este le brinda aprendiendo,entre otras cosas,el oficio de carpintero.


La Virgen María:

Desde el momento de la Anunciación,María es el modelo de entrega a Dios.


En la Anunciación,María se pone en manos de Dios,a su entera disposición.
"Yo soy la servidora del Señor,que se cumpla en mí lo que has dicho" Lc:1-38
María cría y educa a su hijo en medio de una situación difícil y con muchas carencias materiales;pero lo cría y educa con sobreabundancia de amor.

Ella fue vislumbrando lentamente el misterio trascendente de la vida de Jesús,manteniéndose fielmente unida a Él.
"Su madre conservaba estas cosas en su corazón" Lc:2-52


El niño Jesús:

Desde chico,Jesús demuestra que es el Hijo de Dios y que cumple fielmente lo que su Padre le manda.


Como niño,Él obedecía a su madre y a su padre adoptivo,y permanecía siempre junto a ellos.
"vivía sujeto a ellos" Lc:2-51
María y José fueron sus primeros educadores.
Jesús aprende el oficio de carpintero de su padre adoptivo José.
"El niño iba creciendo y se fortalecía,lleno de sabiduría,y la Gracia de Dios estaba con Él" Lc:2-40
Cuando Jesús se queda en el Templo,a los doce años,se puede pensar que desobedece a sus padres y que eso está mal.
No es así,Jesús demuestra en este hecho su plena independencia con respecto a todo vínculo humano cuando está de por medio la Voluntad de su Padre y la Misión que Él le ha encomendado.
"¿No sabían que yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?" Lc:2-49


En resumen,en la Sagrada Familia Dios nos muestra la forma de comportarnos de acuerdo al rol que nos toca vivir a cada uno,teniendo a los integrantes de ella como ejemplos de vida.
Dos aspectos se destacan en la vida de la Sagrada Familia:


La Fe en Dios.
La Fidelidad a la Voluntad de Dios.

Estos dos aspectos son los que debemos tener y acentuar nosotros en nuestras vidas.

lunes, 3 de agosto de 2009

San Juan María Vianney: La Oración



Nació en 1786 en Dardilly, cerca de Lyon, de una familia de campesinos muy humilde. De poca aptitud para los estudios (fue rechazado en el seminario) logró ordenarse sacerdote gracias al apoyo constante del párroco de Balley. Sin embargo durante tres años no obtuvo el permiso de sus superiores para poder confesar. Nombrado párroco de Ars, un pueblo de apenas trescientos habitantes, desplegó un celo sobrehumano en la cura pastoral de sus feligreses alejados de la iglesia y en las miles de almas que acudían a él atraídos por su fama de santidad y vida austera. Tras cuarenta y dos años dedicados de forma incansable a la predicación de la palabra, la penitencia (dedicaba más de diez horas al día al confesionario) y la caridad con los pobres, murió en 1859. Fue beatificado en 1905 por Pío X y declarado santo en 1925 por Pío XI. Es el patrono de los párrocos. Su fiesta se celebra el 4 de agosto.

"La oración es la elevación de nuestro corazón a Dios, una dulce conversación entre la criatura y su Criador". (Sermón sobre la oración).

"Con la oración todo lo podéis, sois dueños, por decirlo así, del querer de Dios". (Sermón sobre la perseverancia).

"La oración abre los ojos del alma, le hace sentir la magnitud de su miseria, la necesidad de recurrir a Dios y de temer su propia debilidad". (Sermón sobre la oración).

"Todos los santos comenzaron su conversión por la oración y por ella perseveraron; y todos los condenados se perdieron por su negligencia en la oración. Digo, pues, que la oración nos es absolutamente necesaria para perseverar". (Sermón sobre la perseverancia).

"¡Cuántas veces venimos a la iglesia sin saber a qué venimos ni qué queremos pedir! Sin embargo, cuando se va a casa de cualquiera, se sabe muy bien por qué uno se dirige a ella. Los hay que parecen decirle a Dios: «Vengo a decirte dos palabras para cumplir contigo...». Con frecuencia pienso que, cuando venimos a adorar a nuestro Señor, conseguiríamos todo lo que quisiéramos, con tal de pedirle con fe viva y un corazón puro". (Sobre la oración).

"Nuestras oraciones han de ser hechas con confianza, y con una esperanza firme de que Dios puede y quiere concedernos lo que le pedimos, mientras se lo supliquemos debidamente". (Sermón sobre la oración).

"Hemos de orar con frecuencia, pero debemos redoblar nuestras oraciones en las horas de prueba, en los momentos en que sentimos el ataque de la tentación". (Sermón sobre la oración).

"Por muchas que sean las penas que experimentemos, si oramos, tendremos la dicha de soportarlas enteramente resignados a la voluntad de Dios; y por violentas que sean las tentaciones, si recurrimos a la oración, las dominaremos". (Sermón sobre la oración).

"La tercera condición que debe reunir la oración para ser agradable a Dios, es la perseverancia. Vemos muchas veces que el Señor no nos concede enseguida lo que pedimos; esto lo hace para que lo deseemos con más ardor, o para que apreciemos mejor lo que vale. Tal retraso no es una negativa, sino una prueba que nos dispone a recibir más abundantemente lo que pedimos". (Sermón sobre la oración).